martes, 26 de enero de 2021

¿Santa Fe debe suspender las PASO?.

 El Presidente Alberto Fernández ha enviado al Congreso Nacional para ser tratado en sesiones extraordinarias un tema denominado “Emergencia sanitaria y calendario electoral”, lo que habilita de hecho, la posibilidad de tratar la suspensión de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Santa Fe además de elegir legisladores nacionales, debe renovar cargos municipales y la totalidad de la comisiones comunales, por lo que si optase por la suspensión, deberá reformar la ley provincial de PASO vigente.



¿Es necesario y conveniente que Santa Fe suspenda las PASO, dadas las particularidades incluso que tiene su legislación?. Me concentraré en discutir las más importantes razones que propician dicha suspensión, con especial referencia a nuestra Provincia:

1) El principal argumento para suspender las PASO, es la pandemia. Salvo que ocurra una catástrofe sanitaria en los próximos meses, no habría razones para suspenderlas. Parece lo contrario: la llegada de las vacunas avizoran un panorama más alentador. La evidencia indica que las elecciones se pueden realizar aún con pandemia, como ha ocurrido en muchas partes del mundo y la región (Bolivia). En EEUU, millones de personas votaron de manera presencial.

Es posible votar con cuidados y protocolos, como lo propone la Cámara Nacional Electoral. Así como se hacen filas con distanciamiento para ingresar a un comercio o a un club, se pueden hacer para emitir el voto. Se pueden organizar cronogramas con diferenciación de horarios según grupos etarios. Además Santa Fe tienen el sistema de votación más apropiado para preservar la salud de los electores y autoridades comiciales: la boleta única de papel. Al ser entregada a cada ciudadano por el presidente de mesa el día de la elección evita toda manipulación previa al comicio. Se puede prever que al momento de elegir la opción en la boleta o al firmar el padrón se utilicen lapiceras descartables y las cabinas de votación podrán ser colocadas con la suficiente distancia e incluso en espacios abiertos.

2) Se sostiene que las PASO son innecesarias porque no son utilizadas por los frentes y partidos. Digamos que este no ha sido el caso de Santa Fe: ha habido una real competencia en la nominación de las candidaturas, especialmente para los cargos que van a disputarse precisamente este año. Tomemos un solo ejemplo: Rosario, candidaturas a concejal en las PASO años: 2015: 40 listas; 2017: 43 listas; 2019: 36 listas. Y así podríamos apuntar datos para cargos ejecutivos, legislativos y comunales. Las PASO en Santa Fe pueden pecar por “exceso” pero no por falta de competencia o desuso.

3) La legislación de Santa Fe atenúa dos “obligaciones” que suelen ser críticas a las PASO: la obligación del voto ciudadano y la de los partidos cuando no tienen competencia interna. Según el artículo 16 de la ley 12367 (PASO), están eximidos de la obligación de votar todos los ciudadanos que lo comuniquen (sin invocar razón alguna) desde la convocatoria de la elección y hasta 48 hs antes del comicio. Y por el artículo 2 de la misma ley y exclusivamente para cargos municipales y comunales (que son los que se disputan este año) no se realizará la elección cuando se verifique que en una localidad todos los partidos y alianzas hayan presentado una sola lista. Muchos ciudadanos podrán por tanto, decidir no votar y muchos partidos y frentes podrán acordar, si lo desean, candidaturas comunes y evitar la elección.

4) Otro argumento es el “gasto”: la democracia electoral siempre tiene costos financieros y vale la pena afrontarlos para garantizar los derechos políticos de los ciudadanos. Para “ajustar” la política no empezaría por la supresión de elecciones: si se quisieran ahorrar recursos y garantizar la salud y el impacto ambiental, otra vez, debería empezarse por implementar la boleta única de papel a nivel nacional como en Santa Fe porque además de “ahorrar” significativamente y cuidar la salud de los argentinos en un contexto de pandemia, hace más equitativa y transparente la votación y evita el “negocio” de muchos aventureros de la política que más que partidos parece que organizan “micro emprendimientos personales”.

5) Más allá de las supresión o no de las PASO, si la Provincia decide realizar elecciones simultáneas con la Nación, se debe ratificar, como lo hizo el Gobierno del Frente Progresista en 2013 y 2017, la utilización de la boleta única de papel para la elección de cargos locales y realizar los Convenios correspondientes con la Cámara Nacional Electoral.

Santa Fe en base a su poder autonómico consagrado por la Constitución Nacional y en defensa de su sistema de votación debe asegurar, si se deciden elecciones simultáneas, que el pueblo santafesino vote en un mismo acto con dos sistemas diferentes: las boletas partidarias a nivel nacional y la boleta única de papel a nivel de cargos locales como se viene haciendo con todo éxito. Así garantizamos el federalismo electoral y cuidamos el voto de los santafesinos con la boleta única. Cuidar el voto es cuidar la democracia.

No suprimir la democracia.

La evidencia demuestra que en Santa Fe las PASO han sido utilizadas, han contribuido a proponer una oferta electoral más ordenada, depurada y comprensible para el elector, han ayudado a construir frentes electorales competitivos y resolver democráticamente las diferencias intra partidarias. Un sistema superador, siempre perfectible, que reemplazó a la nociva “ley de lemas”.

Hay una realidad: se podrán suspender las PASO pero seguramente no se suprimirán las elecciones internas partidarias para dirimir candidaturas. Salvo un “milagro” que haga que de pronto todas las líneas internas de partidos y frentes electorales se pongan de acuerdo amigablemente y cedan generosamente sus lugares, las elecciones internas en su gran mayoría, se realizarán y el problema derivado de la pandemia seguirá presente -tal vez agravado- y con menos control sanitario. La “competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos” y la “representación de las minorías” son derechos constitucionalmente reconocidos. Eliminar las elecciones internas abiertas o cerradas para elegir candidatos, aún por excepción, es suprimir la democracia partidaria. Evitemos que la democracia y los partidos también sean víctimas de la pandemia.


Artículo publicado en el Diario La Capital de Rosario- 27/01/2021

https://www.lacapital.com.ar/opinion/santa-fe-debe-suspender-las-paso-n2638265.html


miércoles, 20 de enero de 2021

PAREDES

Por Oscar Blando


Levanto la vista y veo entre las obras en construcción de mi ciudad, esas viejas 

paredes (des) pintadas o empapeladas, que resisten -porfiadas- su caída.


Paredes que asoman inmóviles tratando de pasar desapercibidas y engañar 

la mano impiadosa, inexorable, del progreso. 




Paredes que aparecen como mudos testigos de otro tiempo.


Levanto la vista y me pregunto:

¿Quién habrá vivido entre esas paredes?.

¿Quiénes las habrán habitado?.

¿Qué historias se esconden detrás de cada una de ellas?.


Allí estuvieron las horas interminables de la espera,

del llamado que no llega,

de la voz que no aparece detrás de la puerta.


En ellas se habrán escuchados los gritos de dolor

los gemidos de placer

los reproches de interminables (y olvidables) peleas. 

Pero también se habrán oído los llantos del bebé esperado y las dulces risas 

de los padres primerizos.


Entre esas paredes se habrán esbozado los primeros palotes y dibujos,

se habrá escrito el primer poema de amor,

las encendidas proclamas,

y se habrán ocultado de la barbarie, los mejores libros.


Esas paredes habrán albergado desayunos con tostadas,

mates propicios para confidencias y secretos,

imborrables cenas con amigos, de júbilo y melancolía.

O madrugadas de interminables desvelos.


Paredes que seguro fueron 

escenario de enigmas y 

misterios, nunca 

descubiertos.

De buscada y creativa

soledad. 

O de abrumador y resignado desamparo.

De encierros hostiles y forzosos.

O refugio libertario de felices y cómplices encuentros.


En ellas quizá, ocurrió la primera vez. O la última.

Allí se conocieron o tal vez fue el lugar del último adiós.

Ahí se dijeron, te quiero.

O nunca más.


Levanto otra vez la vista y ahora observo “mis” paredes…

Las que me acompañan desde siempre, que conocen de mí, quizá como nadie.

Pienso en un futuro irreversible de ausencia,

y esas paredes desafiando el tiempo,

nunca sabrán que me he marchado.






sábado, 9 de enero de 2021

ESTRELLAS


Estrellas eran aquellas, las que miraba con mi abuelo, en las noches de verano en Villa Rumipal.  Antes de ir a dormir, nos tirábamos en las viejas y cómodas reposeras y durante mucho tiempo observábamos las estrellas. Elegíamos las que más brillaban: las tres Marías, y las de más acá y las de más allá... Pero enseguida sin perderlas de vista, le pedía a mi abuelo Joaquín, que me contara historias y me repitiera estrofas de poetas. Siempre empezaba recitando de memoria el Infierno del Dante: “Nel mezzo del cammin di nostra vita mi ritrovai per una selva oscura ché la diritta via era smarrita”. Y luego me lo traducía: "En medio del viaje de nuestra vida me encontré en un bosque oscuro porque el recto camino se perdió". No me dejaba muy tranquilo, pero me gustaba escucharlo... Por eso tal vez, cada noche terminaba con un ritual: rogándole, una vez más, que me dijera un divertido destrabalenguas en italiano: "Apelle figlio de Apollo" cuyo desafío era repetirlo cada vez más y más rápido y que aún hoy recuerdo… (Para mi sorpresa, está subido a internet: alguien lo recita, claro, nunca como lo hacía Joaquín...) 
https://es-la.facebook.com/italianoautomatico/videos/apelle-figlio-di-apollo/279581686017745/


De mi abuelo heredé muchas cosas: en primer lugar su importante nariz…(legado que, de haberme preguntado, lo hubiese rechazado). Luego, me dejó el sentido solidario de la vida, fruto de su formación socialista y humanista. Él, que vivió las penurias y carencias de la guerra en su Italia natal, me recriminaba en las mañanas cuando no terminaba de tomar todo mi café con leche: “¡cuantos chicos que no tienen qué comer, se alimentarían con lo que dejás!”.

Sin que mis padres lo supieran, mi abuelo en esas noches con estrellas, también me hablaba de la necesidad de alcanzar un mundo mejor, una nueva sociedad de iguales, sin pobres ni ricos. Donde todos nos pudiéramos entender, empezando por hablar el mismo idioma: por eso pregonaba el esperanto como lengua universal. Por ese entonces, pese a ser chico aún para comprender la dimensión de ciertas cosas, me hablaba del fascismo y de cómo por ser perseguido tuvo que venir solo, sin su familia a la Argentina, y específicamente a la ciudad de Rosario, donde empezó a trabajar en la Federación Agraria Argentina.

También escuchaba a mi abuelo que solía discutir en mediodías agitados con mi tío, un navarro encantador y republicano, y con mi viejo, un latorrista empedernido. Nunca me importó saber quién tenía razón pero allí empecé a encontrarme con una pasión que nunca abandoné: la política. Cuando ya el abuelo Joaquín era muy grande y yo un adolescente, como “última voluntad” y siendo fiel a su estilo de vida, no me dejó bienes ni cosas materiales sino un maravilloso texto mecanografiado y corregido a mano, que denominó “Testamento Filosófico y político del abuelo Joaquín, para Oscarcito”, que guardé como un tesoro y cada tanto releo con emoción (cuando lo encuentro en mi conocido desorden de papeles y libros).


Del mismo modo me inicié con él en el arte: había estudiado filosofía y pintaba cuadros: paisajes y rostros. Había uno con la cara de una actriz de cine a la que admiraba por su belleza, muy conocida a mediados de los 50/60 que vino al Festival de Mar del Plata: Gina Lolobrígida. Ahí estaba su rostro, y un día me dijo: “es parecida a tu madre”… Nunca supe si la pintó a Gina o a mamá, pero ese cuadro quedó en mi memoria para siempre. 

Joaquín me habló repetidamente de las angustias y miserias que atravesaban los sectores populares en la segunda posguerra en Italia y que fueron magistralmente retratadas por lo que se llamó el neorealismo italiano que mi viejo, amante del cine, me enseño de más grande a admirar. Ahí están entre otras, dos obras maestras del cine universal dirigidas por ese genio que fue Vittorio de Sica: Ladrones de bicicletas, que no puedo resistir lagrimear cada vez que veo el llanto desconsolado y la cara memorable de Bruno, cuando llevan detenido a su padre acusado de robar una bicicleta, o cuando Umberto D, el jubilado que pierde su humilde habitación y se decide al suicidio, es salvado por su única compañía, su perro Flike y comienza a jugar con él mientras se alejan juntos por el parque en inolvidable escena final. Cuando miro esas bellísimas pero tristes películas, es inevitable recordar a Joaquín con nostalgia pero también sé que constituyen modestos homenajes a su memoria.

Junto a mi padre, mi abuelo me enseñó a pescar, ese desafío que todo pibe sueña alcanzar: fue en el lago frente a Rumipal. Un día me llevó en una balsa con varios pescadores experimentados, y yo, con una caña que apenás podía sostener, saqué (o me hizo creer que saqué, pero para el caso da lo mismo) el único y enorme pejerrey que ese día parecía tener el lago... y todos aplaudieron esa “hazaña” como si hubiera ganado un Mundial. Fue una tarde brumosa y gris, pero para mí luminosa e inolvidable: me llevé triunfal y agradecido mi “trofeo” e hice realidad mi sueño de la mano de Joaquín.

Todo está grabado en mi memoria….y en estas noches estivales, miro el cielo y trato de parafrasear ese inigualable poema de Borges, “Ajedrez”, y me digo, ¿en qué estrella detrás de cada estrella, estás abuelo Joaquín?.  

(A mi abuelo, Joaquín Palladini)

                                                        



 


martes, 5 de enero de 2021

Todos somos “rebeldes” ¿con causa?. Los argumentos para violar las normas comunitarias.

 

Veo aglomeraciones en muchos lados, también en las islas y en la costa. Allí escucho los argumentos de chicas y chicos para incumplir las mínimas reglas de distanciamiento y tapa bocas: estamos “cansados”, somos jóvenes y nos vamos a “divertir”. “Nadie nos lo va a impedir”.  



Ahora, todos los sectores y rangos etarios de la sociedad tienen (tenemos) argumentos, tenemos alguna “causa” para evadir las normas: todos estamos “cansados”. Nadie puede pretender prevalecer en sus reclamos. O sí. Veamos.

Los adultos mayores dicen, con razón, “se nos va la vida”, “no tenemos tanto tiempo”….

Los de mediana edad, los sectores populares y de clase media, responden que “necesitan trabajar, producir”.

Los adinerados, contestan que quieren hacer “negocios” y “viajar”…

¿Cómo hacemos entonces?. Todos tenemos razones para sentirnos “cansados” pero todos esos argumentos deben resignarse de alguna forma al menos, cuando hay situaciones extraordinarias: estamos en pandemia. No vive el mundo en la normalidad. A nadie se le ocurriría reclamar libertad para ir al shopping en el medio de una guerra civil, como a nadie se le ocurriría pretender ir a tomar sol a una playa en el medio de un tsunami.

Cuando cada uno hace lo que quiere, usa de su “libertad” sin limitación alguna es porque estamos en una etapa pre-estatal. En una sociedad “natural” en donde la libertad individual se confunde con la ley del más fuerte: libertad de eliminar y someter al más débil. En términos hobbesianos: cuando el hombre se convierte en el “lobo del hombre”. Creamos el Estado para superar o mejorar esas etapas. No es aconsejable pretender volver a ellas.

En nuestro caso: ¿quién puede tener la “libertad” de contagiar y perjudicar a terceros y al propio sistema de salud?. ¿Cuál es la libertad prioritaria: la “diversión”, los negocios, los viajes? Y quién decide esa prioridad?. ¿Cada uno?.

Hace tiempo hemos decidido no vivir en una sociedad anómica sin reglas ni límites. Hemos hecho un “pacto” donde cedemos parte de nuestras libertades en beneficio del bienestar general. Y ese acuerdo no sólo es simbólico sino jurídico: se sintetiza en una ley fundamental, la Constitución que juramos respetar y las leyes que de él se derivan. Un pacto de convivencia social.

De algo estoy seguro: no es posible admitir que las “causas” de las rebeldías y “cansancios” de cada sector de la sociedad prevalezcan sobre el bienestar colectivo. Es triste escuchar el reclamo de diversión cuando a pocos metros, algún semejante muere en la soledad de un hospital. Miles están enfermos y están muriendo, y mucho más están sufriendo esas pérdidas.

No saldremos de esta pandemia con egoísmos, con hedonismos e insolidaridad. Tampoco con autoritarismo social o político. Mensaje para todos: gobernantes y gobernados.


lunes, 4 de enero de 2021

La vacuna y la intencionalidad informativa. Un atentado a la salud pública.

 La vacuna y la (negativa) intencionalidad informativa. Un atentado a la salud pública. (más allá de las fake news)

Cualquier vacuna puede provocar algún tipo de reacción: algo de fiebre, hinchazón donde la inyectaron etc.. Por ejemplo, leo que las reacciones de la "vacuna inyectable contra la influenza son dolor, enrojecimiento y/o inflamación en la zona donde se inyectó la vacuna dolor de cabeza (poca intensidad), fiebre, náuseas, dolor muscular y fatiga".
La información por diversos medios es que con la vacuna Sputnik V se notificaron 317 casos con alguna reacción (menor) sobre un total de 32.013 (hasta ayer) personas vacunadas.


Los titulares "dicen" que hay más de 300 casos y no que sólo el 1% tuvo reacciones leves... La intencionalidad informativa es evidente. ¿Se miente? No. Se construye la información como una noticia negativa. Imperdonable en un momento de pandemia tratando de predisponer en contra de la vacunación. Los más osados fueron más lejos: mintieron informando que se había suspendido la vacunación, cuestión que autoridades sanitarias tuvieron que salir a desmentir. Es un claro intento de (des) información. Des-informar o propagar noticas falsas en medio de una pandemia es un delito. Un atentado a la salud pública.
La única realidad es, hasta ahora claro, que la noticia sobre la vacunación es buena: sólo el 1% ha tenido reacciones (leves).