Por Oscar M. Blando.
Hace
treinta años, en los albores del proceso de la transición democrática
argentina, la Comisión
sobre desaparición de personas (Conadep) creada por el Presidente Raúl
Alfonsín, entregaba el Informe Final, denominado Nunca Más.
Pasados
los años, se revaloriza cada vez más la labor de la Conadep , por lo menos, en
tres aspectos: 1) fue fundamental para que la sociedad tomara conciencia de lo
ocurrido en torno a masivas violaciones a los derechos humanos; 2) sirvió como
prueba fundamental para la sentencia en la denominada “Causa 13” , en donde se juzgaron y
condenaron a los jefes de las Juntas Militares y 3) se constituyó en el
antecedente inmediato de lo que luego, en materia de justicia transicional, se
conocería como el modelo de las “Comisiones de la Verdad ”. Ese modelo inaugurado
con la Conadep
argentina, se replicó en diversas “comisiones de verdad” a lo largo de América
Latina: Brasil (1985), Uruguay (1989), Chile (1991), El Salvador (1993), Guatemala
(1996), Colombia (2000) y Perú (2003).
Alfonsín
propuso integrar la Conadep
con figuras de prestigio nacional e internacional que provenían de distintas
actividades y profesiones respetando las diferentes procedencias y trayectorias
políticas e ideológicas. A su vez, en las principales provincias y con el mismo
criterio, se conformaron delegaciones de la Comisión Nacional.
En
Santa Fe se constituyó una Comisión que también se caracterizó por su amplitud
y pluralismo. Vale recordar sus nombres. Presidió la Conadep en la Provincia , mi padre,
Manuel F. Blando y divididos en norte y sur, lo acompañaron: por Rosario: Fidel
Toniolli, Secretario de Prensa; Ricardo Pegoraro, Secretario de Actas; José
Emilio Madariaga, Secretario de Finanzas; Israel Esterkin; Alberto Gabetta;
Wence Julio Steger; Delia Rodríguez Araya; María (Mary) Dal Dosso; Carlos de la Torre , el Pastor Hugo
Urcola, actuando como asesores jurídicos, José María Masuelli y Olga Cabrera
Hansen. Desde Santa Fe, participaron, Juan Carlos Adrover, que fue designado
Vicepresidente de la Comisión ;
Oscar Suffriti; Andrés H. Villoria; Mario Pilo y como
secretaria jurídica, Miriam Ramón.
El Presidente Raúl Alfonsín en el acto de entrega del Informe "Nunca Mas" de la Conadep. Aquí con el Presidente de la Conadep Santa Fe, Manuel F. Blando. |
La
labor de la Comisión
santafesina fue ardua e importante. Tal vez, la relevancia de su trabajo, lo
demostraría uno de los hechos institucionales más graves ocurridos en Santa Fe
desde la recuperación democrática: en la madrugada del lunes 8 de octubre de
1984, con el inocultable intento de sepultar la fuerza probatoria de lo
colectado, con “zona liberada” y múltiples complicidades, se robaron del
interior de los propios Tribunales provinciales de Rosario, 150 expedientes e
innumerable documentación recogida fundamentalmente por la Conadep. Lamentablemente ,
nada fue recuperado, poco fue investigado y nadie recibió condena alguna por
tan grave acto de vandalismo institucional.
Quienes
integraron la Conadep
Santa Fe fueron ejemplo de desinteresada participación:
actuaron absolutamente ad honorem y lo hicieron con dignidad. Fueron respetados
por la encomiable labor realizada. Precisamente durante el gobierno de Hermes
Binner, en diciembre de 2008, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno en Rosario,
fueron recordados en un acto emocionante en donde pudimos hacerles un
reconocimiento, y donde participaron los miembros de la Conadep que pudieron estar
presentes y los familiares de los que ya habían fallecido.
Y fue merecido ese
reconocimiento: los hombres y mujeres que integraron la Conadep Santa Fe,
honraron la política santafesina y actuaron con valentía, en circunstancias en
donde la democracia aún no estaba consolidada y recibía fuertes resistencias,
amenazas y levantamientos.
Los miembros de esa Conadep
fueron militantes de una época distinta a la actual no exenta de profundos
debates. Sin embargo, fue un momento histórico que estuvo signado nada más –y
nada menos- que por luchas de convicciones. Reitero: luchas por convicciones.
Época de grandes pasiones y
disidencias pero de profundo, y hasta entrañable respeto, por el otro, por el
adversario político. Muchos jóvenes de entonces, aprendieron -y aprendimos- de
esos dirigentes santafesinos: de sus trayectorias, de sus luchas y de su fe
democrática. Aprendimos también de aquellos abogados que para intervenir sólo
se preguntaban qué libertad había sido avasallada y no qué filiación política
tenía la víctima.
Aprendimos la inmensa profundidad
jurídica de Israel, aquel moderno quijote de cabellera blanca; la lucha
inquebrantable fraguada en el dolor militante de Fidel; el socialismo humanista
y romántico de Alberto; la valentía constructiva y luchadora de Mary; la digna
y rigurosa presencia de Delia; la rectitud y las profundas convicciones de
Manuel.
De todos aprendimos algo. Tal
vez, no lo que se nos “enseña” en la escuela o en la Universidad pero sí lo
que ayuda a ser mejores personas: la lucha sin otro interés que el compromiso
político con lo social y democrático, con la cosa común y pública, con el
semejante, con la víctima, con el más débil.
Vaya hoy para los integrantes de la Conadep Santa Fe, nuestro
sentido homenaje despojado de nostalgia, pero de imprescindible recuerdo para
asentar nuestro presente democrático y como legado para las jóvenes
generaciones.
Artículo publicado en el Diario La Capital de Rosario, el viernes 24 de octubre de 2014.
Artículo publicado en el Diario La Capital de Rosario, el viernes 24 de octubre de 2014.